En el IES Santísimo Cristo de la Salud de Aldeanueva de la Vera en Cáceres, apostamos por promover experiencias inmersivas en el alumnado para alcanzar un aprendizaje mucho más profundo. Para tal fin, pretendemos transformar un espacio donde llevar a cabo aprendizajes competenciales y desarrollar habilidades más allá de la  simple adquisición de contenidos. Todo ello, a través del uso de metodologías activas, el trabajo cooperativo y el apoyo de las tecnologías de la educación como parte del proceso de transformación que requiere el centro en este momento.

En nuestro centro el Aula del Futuro se materializa en el Aula LAIKA

El espacio propuesto para llevar a cabo el Aula LAIKA ha sido nuestra antigua sala de informática, que había dejado de utilizarse en el centro debido al desfase de su equipamiento. Esto supuso una gran oportunidad para repensar en cómo utilizar un espacio que estaba infrautilizado.

Una de las metodologías activas vinculadas a este proyecto es el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), mediante la cual se pretende crear diferentes rincones en los que el alumnado pueda investigar, interactuar, reflexionar, compartir y difundir el producto final de cada proyecto.

Además, el uso de metodologías activas nos permite atender a la diversidad de nuestro alumnado. Los distintos proyectos que se desarrollan tienen como característica intrínseca dar respuesta a esa diversidad. ¿Cómo lo conseguimos? A través de la formación de equipos heterogéneos, en los que los alumnos y alumnas pueden ayudarse entre sí; mediante actividades con distintos niveles de complejidad; y con el uso de recursos TIC que facilitan el trabajo y la participación de todo el alumnado.

Por otro lado, con este proyecto se pretende dar respuesta a los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA).

Asimismo, este nuevo proyecto se vincula metodológicamente con otros que ya se están desarrollando en nuestro centro, como RadioEdu (Onda Pencona), a través del cual se ofrecen ambientes estimulantes y atractivos, con enfoques didácticos participativos. En estos espacios, competencias como la comunicación lingüística, la competencia digital, la social y cívica, la matemática, científica y tecnológica, así como la competencia de aprender a aprender, se ponen al servicio de la comunicación y la interacción entre los participantes.

De este modo, se constata la firme apuesta del claustro docente por convertir al alumnado en el verdadero protagonista del proceso de aprendizaje: el alumno indaga, interactúa, intercambia, desarrolla, crea y difunde.

Para ello consideramos fundamental plantearnos tomar como referencia los objetivos que nos planteamos para contribuir  a la mejora del aprendizaje del alumnado.

Una de las principales apuestas actuales en la educación basada en competencias es el uso de metodologías activas en el aula con el fin de empoderar al alumnado. La educación por competencias implica que el alumnado sepa desenvolverse en contextos reales, participando activamente como ciudadano en la sociedad en la que vive. Esto conlleva impulsar metodologías que fomenten su papel activo dentro del entorno escolar.

Con nuestra participación en el proyecto Aulas del Futuro en Extremadura, pretendemos innovar en los procesos de enseñanza mediante la flexibilización de los espacios de aprendizaje y su combinación con las tecnologías.

El uso de mobiliario reconfigurable y la zonificación del espacio nos permite establecer zonas diferenciadas de investigación, exploración, interacción, desarrollo y difusión, todas ellas acciones clave en las fases del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).

De este modo, se amplían los enfoques pedagógicos por parte del docente, que pasa a desempeñar no solo el papel de transmisor de contenidos, sino también el de moderador, orientador, organizador y, sobre todo, guía del aprendizaje del alumnado.

Se favorece así un aprendizaje orientado a la acción, en el que el alumnado asume un rol protagonista en todo el proceso educativo, participando de manera activa en su propia formación.

Por otro lado, los productos finales vinculados al compromiso social extienden el impacto del trabajo del alumnado más allá del aula. Nos referimos a proyectos en los que se detectan necesidades o situaciones mejorables relacionadas con la educación ambiental, la educación emocional o la divulgación científica y cultural. De este modo, se articula el ABP con la metodología de Aprendizaje-Servicio (ApS), que, en definitiva, se traduce en aprender haciendo, ofreciendo al mismo tiempo un servicio a la comunidad.

Se trata, por lo tanto, de un aprendizaje que permite desarrollar en el alumnado habilidades como la resolución de problemas de su entorno. Esta forma de trabajo aumenta  la motivación intrínseca por parte del alumnado, la cual es una consecuencia natural al ser un enfoque centrado en el alumnado y que abandona el enfoque tradicional más centrado en el docente.

Es importante destacar cómo mejora la capacidad de trabajar en equipo mediante estructuras cooperativas. Así mismo, la gestión del tiempo en las actividades desarrollada. Toman especial relevancia, la mejora de las habilidades comunicativas, al realizar actividades de presentación y difusión de los productos finales que son el resultado de su trabajo y eje de sus proyectos.

Esta fórmula de trabajo es el escenario perfecto en el desarrollo de habilidades blandas (soft skills) que repercuten positivamente en su vida académica, personal, profesional y social.

Finalmente, la zonificación del espacio de aprendizaje se vincula directamente con el desarrollo de las distintas competencias clave, alineado con la normativa educativa.